Posiblemente, las cosas que menos podemos ver en la vida de una dama. Su dormitorio, el encanto y la pureza del blanco...justo ahi, donde también sueña con prícipes y castillos.
Auí más íntimo aún. Nada deja de conservar el glamour y los detalles de una época que se resiste a desaparecer.
La vida cotidiana de los recuerdos.
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