21 de noviembre de 2012

LA LUZ DEL INGENIO



De niña pelaba las hojas hasta dejar los filamentos intactos. Horas sentada al lado de mi madre, mientras ella le devolvía la vida y el esplendor a pequeños objetos destinados a desaparecer. Algunos llegaban a ser un buen regalo para navidad...



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un comentario, es una caricia al alma!
Gracias!